¿Sabías…?
Que todo iba a ir tan mal para ti
Y viste…
Que todo iba a ir tan bien para mí
Por qué te dijimos entonces
Que siempre fuiste el niño de oro
Y que nunca perderías esa luz en los ojos

Oye tú…
¿Alguna vez te diste cuenta en lo que te convertirías?
Y viste…
Que no era solo de mí de quien corrías
Lo supiste todo el tiempo, pero
Nunca te molesto de cualquier forma
Guiando al ciego mientras yo veia el acero en tus ojos

La lluvia cayó lentamente
Bajo a todos los techos de incertidumbre
Pensé en ti
Y los años, y toda la tristeza
Se alejó de mí
¿Y sabias…?
Nunca pensé que perderías esa luz en los ojos

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